15 Enero 2020
A inicios del año de 1828, Bolívar dijo tener temores de revueltas en la costa norte, y por lo cual se declaró en ejercicio de facultades extraordinarias y suspendió de su cargo al vicepresidente Santander. Este acto produjo una reacción violenta de los santanderistas, quienes organizaron varios atentados contra Bolívar, el más conocido es el de la noche septembrina, que tuvo lugar el 25 de septiembre, y del cual Bolívar logró escapar con ayuda de Manuelita Sáenz. Después de la noche septembrina Bolívar inició una dura represión contra la oposición santanderistas, la cual cobró la vida de 14 conspiradores fusilados, y el destierro de Santander.
Como los bolivaristas proponían suprimir la Constitución de Cúcuta y los santanderistas la defendían, se aprobó la Convención de Ocaña, en la cual se pretendió reformar la Constitución de Cúcuta. En esta convención no se logró ningún acuerdo; y por el contrario se aunaron los desacuerdos y las diferencias, así como los riesgos de la guerra civil. Al comenzar el año de 1830 las ideas separatistas fueron marcadamente fuertes. Por esta razón, Bolívar convocó el Congreso Admirable, el último de la Gran Colombia, que intentó mantener viva la idea integracionista, con un equilibrio entre centralismo y federalismo. Sin embargo este intento de unión fracasó.
Bolívar desilusionado y enfermo decidió abandonar Bogotá y emprender un viaje rumbo a Europa, pero murió en la Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta, el 17 de diciembre de 1830. Después de la muerte del Libertador las tres naciones que un día conformaron la Gran Colombia reconocieron sus independencias, dejando atrás el sueño bolivariano de la unión americana