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El blog de lormaster

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El sacro imperio romano germánico

 Entre los siglos X y XIII en Europa se observará un nuevo intento por restaurar el orden imperial, ahora, en el sector Oriental de la división territorial surgida tras el Tratado de Verdún. De esta forma, se alza como una prolongación de dicho imperio, ( también conocido como el Primer Reich o Imperio antiguo).

Alemania luego de la división territorial se encontraba no solo fragmentada territorialmente, sino también, con serios problemas desde el punto de vista de su unidad política e incluso, todavía en el siglo X, los duques de Suavia, Franconia, Baviera, Sajonia y Lotaringia elegían entre ellos al rey.

Desde el año 919 gobernará la Dinastía de Sajonia, siendo su primer monarca Enrique Duque de Sajonia (apodado “el pajarero”) quien intentará, sin éxito, poner fin a las disputas y ansias de poder de los señores locales.

 Fue a partir del año 962 cuando el Papa Juan XII coronó a Otón I, hijo de Enrique, como Emperador. Desde ese momento comienza a concretarse la idea de volver a tener un Imperio Cristiano y Universal, sometiendo a príncipes locales a su tutela y dependencia del reino. Entre viajes a Italia, Otón como Emperador y la figura Papal se transformarán en los ejes de la configuración de una Europa Cristiana, orden que solo desaparecería en 1806 a causa de la expansión napoleónica. En los siglos XI y XII gobernará la dinastía Franconia (o Saliana), y luego la familia de los Hohenstaufen, de Federico Barbarroja.

Con ellos el Imperio perdió su fuerza inicial por varias razones: la presión y el poder que ejercían los señores locales, la falta de control y especialmente, por las profundas disputas entre el poder temporal (el Emperador) y el poder espiritual (el Papa), conocidas como “Conflicto Papado-Imperio”. Estas diferencias llevaron, como veremos más adelante, al enfrentamiento entre el emperador Enrique IV con el Papa Gregorio VII, quien aspiraba a realizar importantes reformas al interior de la Iglesia (independencia respecto del poder temporal, el nombramiento de Obispos, el fin de la simonía y la clerogamia, entre otras).

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